Soy nutricionista y vengo a contarte cómo puedes pasar las fiestas navideñas de forma saludable y sin notarlo en tu dieta
A veces parece que la Navidad sea el evento más grande del año, el que va a hacer que perdamos todo lo conseguido hasta la fecha y que haga que la báscula ni nos reconozca. Pero oye… ¡tranquilidad! Vengo a traeros un mensaje de calma que seguro que os ayuda a más de uno.
Y sí, lo podemos decir con la boca bien abierta. Nos excedemos en comer, en dulces, en alcohol y en cantar villancicos pero por eso son solo unos días y no los 365 del año.
Primero, cuando vayamos a comprar, lo mejor es llevar una lista con los ingredientes necesarios. Si no, ya os cuento lo que va a pasar: nos vamos a ir cegando de oferta en oferta, de lo que nos cuelan por los altavoces del supermercado, y vamos a acabar con el carro lleno de cosas que no sabemos ni cómo han aparecido ahí.
Normalmente, el marisco suele ser uno de los entrantes estrella en Navidad, pero ya os puedo decir que hará más daño a vuestro bolsillo que a los niveles de colesterol. Aquellos con mayor contenido en colesterol son: crustáceos (langostinos, gambas), cefalópodos (calamar) y moluscos (caracol).
Pero por suerte, gran parte del colesterol de los crustáceos está en la cabeza, así que nos lo podremos evitar si no las chupamos.
No todo es malo del marisco: su grasa es más que buena, ya que contiene Omega 3, así que podemos sacarnos un poco el miedo al marisco.
Hay que ser realistas y conscientes de que posiblemente sean celebraciones en las que te hinches a bridar y acabes mezclando bebidas alcohólicas. Pero no, hay que saber que uno de los grandes mitos es que la resaca es peor si mezclamos. Lo que hace que tengamos resaca es la suma, ya que si vamos contando todas las copitas que nos vamos rellenando, la cantidad suele ser bastante elevada.
Sólo puedo deciros que las bebidas fermentadas como ron o whisky pueden dar más resaca que las blancas como el vodka o la ginebra, ya que en su fermentación aparecen sustancias que pueden potenciar el dolor de cabeza.
Y cuidado, porque si tus niveles de colesterol son altos, el alcohol no va a ayudar para nada a tu hígado.
Lo mejor, evidentemente, es beber solamente agua, pero si quieres permitirte el capricho de brindar, hazlo con moderación.
Compra conscientemente, come sabiendo qué estás comiendo y, si eres de los que prefiere cualquier bebida antes que el agua, que sepas que posiblemente tendrás que enfrentarte a la resaca mañanera.